SANTA COLOMA + PEÑA AMAYA

Esta semana pasado con mal tiempo y bajo la escusa de darnos algun que otro paseo por el monte fuimos a ver a Tomas a Santa Coloma, pueblo con cuatro habitantes contados donde construye su casa.

Fachada de la casa de Tomas.

Debajo de la escusa de ir a dar el paseo por el monte existía la firme intención de ir a buscar la pared perdida, que no existe o no se deja ver a los ojos de los simples mortales, paredes hay, pero son bajas, la roca es muy pobre, no da canto y se parte bastante. Y para colmo todo ello esta aderezado con unos cuantos km cuadrados de ZEPA.

El Rudrón un poco crecido.

Tras mas de dos horas de paseo y cual fotógrafo de National Geografic conseguí hacer foto a esto. intente acercarme un poco pero el tiempo se nos hecho encima y aunque dejamos matizado el camino a la pared no conseguimos llegar a hasta la base. Me quedo con la incógnita para una futura visita, y así de paso tengo otra escusa para volver a dar un paseillo.

Sera esta la pared perdida.

Al día siguiente ya Tomas con día libre fuimos a Peña Amaya. Avisar que la carretera Masa-Villadiego provincial burgalesa, es peor que CUALQUIERA de las carreteras que vimos en Marruecos en nuestro viaje de hace un año.

Pincho en Peña Amaya

Resumiendo Peña Amaya (pulsa sobre el link para ver la historia oficial), son varias "peñas" y paramos intercalados, sin nada más alto en muchos kilometros a la redonda de forma que siempre te casca el viento estés donde estes. Allí hace 3000 años, a unos iluminados se les ocurrió hacer un poblado, ha estado ocupado hasta la edad media dejando las ruinas de un pueblo en el páramo de abajo y las de un castillo en el de arriba. Algunos dirán que es una posición estratégica privilegiada, etc, etc. mi versión menos amable, simplemente a nadie le merece la pena pasar tanto frió para conquistar eso, y mucho menos para vivir allí toda la vida.

Para que digan que en Burgos no hay paredes (TODO ZEPA).

Una vez puestos en situación, el camino lo empezamos Pincho, Tomas, Cristina y yo, Cristina (equipados con polares y cazadoras normalitos de los que se usan para ir por la ciudad) tras ver los restos del poblado medieval, que son piedras desperdigadas en el primer páramo, Cristina dedujo que nada de lo que viéramos en la peña de arriba merecía tanto la pena para pasar todo ese frió y con la escusa de la rodilla se dio la vuelta. Tomas y yo subimos a la peña del castillo donde no hay nada, ni piedras por no haber y tras deducir que nada de lo que viéramos en la peña de al lado merecía la pena con todo ese frió, asi nos dimos la vuelta para el coche con principios de congelación en las orejas.

Termómetro de la furgo

Así que con temperaturas / sensación térmica de diez grados bajo cero, en el aparcamiento, por lo menos eso marcaba el coche, nos fuimos al pueblo de nuevo para a acabar las mini-vacaciones haciendo turismo gastronómico en Covanera .

Una cascada en el Rudrón.

P.D: Tomas volvió a los dos dias con una capa de camisetas y sudaderas considerable a ver que había en la peña de al lado, tampoco había nada.


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4 Responses so far.

  1. Satob says:

    No es por nada pero creo que el pintxo esta un poco barrilete

  2. CriS says:

    Dejame al perro que lo vais a volver anorexico entre todos, esta en su peso

  3. Tomas Puente says:

    Si en la otra peña que no pudimos ver hay llano grande y chozas de pasrores el lugar coincide con un punto geodesico donde solo hay una chapa del instituto geografico español. El pueblo en el que comimos fue Covanera en el meson del Rudron que has puesto Tablada.

  4. David says:

    Ya esta corregido.